viernes, 20 de febrero de 2009

Universidad CAECE: estar cerca no es una metáfora

Por Ana María Rozzi de Bergel
Directora del Área de Educación a Distancia
Universidad CAECE

Cuando se habla de Educación a Distancia, el primer fantasma que surge es el de la falta de contacto humano, tangible, físico entre alumnos y docentes. Es una brecha imposible de cerrar, pero pueden intentarse soluciones que acerquen a las personas en la mayor medida que permitan los medios virtuales. También cabe preguntarse si este fantasma no tiene los días contados. ¿Será posible matar a un fantasma?

Cuando se habla de Educación a Distancia, el primer fantasma que surge es el de la falta de contacto humano, tangible, físico entre alumnos y docentes. Es una brecha imposible de cerrar, pero pueden intentarse soluciones que acerquen a las personas en la mayor medida que permitan los medios virtuales. También cabe preguntarse si este fantasma no tiene los días contados. ¿Será posible matar a un fantasma?

Los sitios de encuentros sociales y profesionales, los blogs, los chats y otros recursos interactivos de la Web están cambiando las expectativas de las personas con respecto a la forma de contactarse, haciendo que para muchos ya no sea indispensable la presencia física para la comunicación. De esta manera, un poco porque estamos cambiando nuestra forma de ver el mundo y otro poco porque la tecnología pone a nuestra disposición recursos con nuevas atracciones y beneficios, ya no estamos tan obsesionados por encontrarnos cara a cara y más bien, nos preguntamos cómo aprovechar las nuevas opciones.

En la Universidad CAECE, a través de una asociación con Aldea Global, ofrecemos un medio muy eficaz para promover la creación de comunidades de aprendizaje: la clase virtual. Los estudiantes se reúnen con la presencia de un Coordinador, que en nuestra sede es un tutor de la asignatura, y presencian la clase que se transmite desde los estudios de Aldea Global a todos los Centros del país. Durante la clase, los estudiantes se comunican con el docente y entre sí en tiempo real, intercambiando preguntas, comentarios o soluciones a tareas planteadas antes en el campus. La clase virtual es así un lugar de encuentro virtual y físico, que rescata algunos de los componentes atractivos de la clase presencial. Desde luego, hay estudiantes que optan por no asistir y ver estas clases en diferido, descargándolas en sus computadoras. También pueden hacer ambas cosas, dado que como todo componente de EaD de calidad, el sistema es flexible.

No pretendemos matar al fantasma, pero le hemos asestado un duro golpe: los estudiantes se benefician con todos los recursos virtuales y también pueden ir a tomar un café con sus compañeros al bar más cercano, luego de una clase virtual.

Más información: www.caece.edu.ar

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